“Espacio y geometría en el Jardín. Propuestas para
su enseñanza.”
Profesora Fernanda Penas (Aula 31)
Luego de la conferencia inicial, dada por el Licenciado
Gustavo Schujman, nos dirigimos (junto a mis amigas Noe y Sol) al encuentro con
la profe Fernanda Penas, quién nos esperaba para el taller "Espacio y
Geometría en el Jardín. Propuestas para su enseñanza". Ya conocía a la
profe ya que cursé con ella la materia Matemática en el Nivel Inicial y me fascinó.
Por este motivo elegí concurrir a este taller. Además, el título del mismo me
generó incertidumbre… ¿Espacio, geometría? ¿En el jardín de infantes? ¿Cómo
enseñar estos contenidos? y, también me pregunté ¿es pertinente enseñarlos en
el nivel inicial? Más allá de que sean contenidos del área de matemática dentro
del diseño de 4 y 5 años, siempre me parecieron contenidos más relacionados con
primaria que con inicial. No tanto el espacio, porque eso si se da en el jardín,
pero geometría, al menos como yo la entendía, me resultaba compleja de pensar
para niños tan pequeños. Este taller me ayudó a cambiar mi opinión.
Para comenzar la profe nos contó que la enseñanza de la
matemática actual, su enfoque, cambió (bienvenido sea) con respecto a cómo
habíamos aprendido nosotras. Y dio algunos ejemplos que rápidamente puede
encontrar dentro de mi biografía escolar (pintar figuras: el triángulo de
amarillo, el cuadrado de rojo, y el circulo de azul; reconocer figuras en la
sala: las ventanas cuadradas, las mesas rectangulares). El objetivo y, por lo
tanto el aprendizaje, estaba puesto en reconocer y saber los nombres de esas
figuras. En el caso del espacio, la enseñanza se daba a través de pares de
palabras, por ejemplo arriba/abajo, adentro/afuera, derecha/izquierda… el
docente no podía continuar explicando el contenido siguiente si el alumno no
había logrado adquirir el contenido anterior. Penas explica que los/as niños/as,
ya ingresan al jardín con conocimientos sobre espacio y geometría que los
aprendieron en sus casas. Cuando la mamá de ese niño le dice “busca la pelota
que está debajo de la cama” “al lado del sillón” “arriba de la mesa” y el/la
pequeño/a, aun sin haber adquirido el lenguaje, logra entender y realizar el
pedido; ese niño/a ha adquirido nociones espaciales, en primer lugar, a través
de los sentidos, observación y accionar sobre la realidad circundante y luego,
todo ese aprendizaje lo interioriza a través del lenguaje.
Luego de esta breve introducción, la profe nos propone
reunirnos en grupos para realizar unas actividades sobre espacio y geometría
posibles para trabajar con nuestros grupos de alumnos.
En la primera actividad teníamos que dictar, al otro grupo,
nociones espaciales para poder ubicar a cuatro personajes. Y luego, ese grupo
nos dictaba a nosotras. Una compañera anotaba las directivas de ambos grupos. Algunos
de los problemas que surgieron, fueron relacionados a la percepción que cada
grupo tenía de ese mismo espacio y la dificultad de dictar referencias
espaciales ya que estas varían según “donde uno se pare a mirar”.
La siguiente actividad, sobre geometría, también implicaba
un dictado pero esta vez de figuras que no eran del todo figuras geométricas, sino
que eran similares pero con alguna modificación. La idea era que un grupo las
ubicara en un tablero de 3 por 2 y que luego dicte al otro grupo la ubicación
de las mismas. Esta actividad fue interesante ya que las figuras al no poder
ser nombradas como figuras geométricas (porque no lo eran), la complejidad residía
en nombrarlas. Cada grupo les adjudicó un nombre diferente teniendo en cuanta a
que se parecían.
Luego, la profesora nos hizo socializar la experiencia a
ambos grupos y pasó a mostrarnos algunos videos en los cuales se podían ver la
misma actividad pero en diferentes salas en el jardín de infantes.
Lo interesante de estos videos fue la forma en la cual los/as
niños/as resolvían los problemas, más que nada por falta de lenguaje, al dictar
posiciones a sus compañeros. Al verlos pensaba “a mí me cuesta guiar a alguien
por ejemplo cuando me preguntan cómo llegar a tal lugar”… no me imaginaba que los/as
niños/as pudieran resolver este inconveniente tan sencillamente.
El último video que nos compartió, me encantó ya que
trataba sobre el dictado de posiciones espaciales pero con unos tableros con
animales de la selva. Habían dos grupos de cinco niños/as aprox. Un grupo
distribuía los animales por el tablero y luego se los dictaba. El tablero no tenía
casilleros, nada para que los/as chicos/as pudieran tomar como referencia.
Comenzaron a dictar, valiéndose de las referencias de la sala para ubicar al
otro grupo por ejemplo decían “el mono está abajo” y el otro grupo repreguntaba
“¿abajo dónde?”; el otro grupo contestaba “abajo cerca de la ventana”; está
respuesta estaba ubicando a los/as niños/as en el cómo mirar el tablero (si
abajo es cerca de la ventana, arriba es cerca de la biblioteca, adelante es
cerca de las mochilas y atrás es cerca del pizarrón). El rol de la intervención
docente era muy acertado, ya que socializaba algunos de los comentarios que se
daban en cada grupo. Esto comentó la profe es muy importante a tener en cuanta,
las intervenciones docentes no son resolutorias de los problemas, sino que
tienen que apostar a la problematización y la búsqueda por parte de los/as
niños/as de las soluciones; como diría Brunner deben “andamiar” las construcciones cognitivas de los/as niños/as.
Para finalizar la profe Penas volvió a resaltar la
importancia de la nueva forma de enseñar la didáctica de la matemática y
comentó que, esa misma mañana, había tenido el mismo taller pero con docentes
ya recibidas y con algunos años de ejercicio. Docentes que han sido aprendices
de aquel viejo formato de enseñar contenidos matemáticas. La profe les comentó
que ya había una nueva camada de docentes que aprendieron este nuevo enfoque de
enseñanza y sostuvo la necesidad de que nos dejarán espacio para la implementación
de éste tipo de propuestas lúdicas… ¿nos dejarán?