Buenas Prácticas en
Educación Isabelino Siede
El licenciado Siede comienza su exposición
sosteniendo que las prácticas de enseñanza son un tipo de enseñanza ya que las mismas
preexisten a la escuela misma. Donde hay una sociedad hay un traspaso de
conocimiento desde una generación a las otras. Éstas son prácticas anteriores a
la escuela. Continúa diciendo que las prácticas son objeto de reflexión de la
didáctica actual, que busca valorar las buenas prácticas de enseñanza para que
sirvan como criterio para los nuevos docentes que se inician. También
reflexionar por qué es valioso lo que es valioso, y por qué un tipo de enseñanza
es preferible a otra; ¿en que se caracteriza “la buena enseñanza”? se pregunta
Siede.
Luego, explica tres tipos de conocimientos según
Aristóteles en la Grecia Clásica:
- epistéme o Ciencia: es el conocimiento demostrativo entre las diferentes cosas.
- epistéme tékhne o Arte/ Técnica: conocimiento vinculado a la producción de objetos. Para esto no solo se precisa conocer algo (epistéme) sino ir más allá de ello y producir algo.
- epistéme praktiké o saber práctico: pone como objeto la acción; analiza las relaciones entre los sujetos y lo que ellos hacen para intervenir en lo que hacen. Tiene como función buscar criterios para poder actuar.
La Escuela, según Isabelino Siede, es un lugar
de producción de conocimientos prácticos, de experiencias de reflexión para
encontrar las claves que permitan recrearlas en otras ocasiones. Hay tres
disciplinas que analizan el saber práctico desde diferentes perspectivas: la
ética, la política y la educación. Analizan lo que los sujetos hacen para
orientar esa acción a través de los criterios de la práctica. Estas tres
disciplinas intervienen en la vida de los sujetos. La ética se ocupa de la acción
y proyección de un sujeto sobre sus propios deseos, propone criterios prácticas
para dirigir la vida propia. La reflexión práctica de la política, interviene
cuando se producen deseos colectivos; esta reflexión tiene que ver con el cómo los
sujetos nos organizamos para el ejercicio del propio poder, el cual según el
licenciado, no existe sin deseo. En cuanto a la enseñanza, didáctica, propone
pensar el aula como un conjunto de normas, el deseo, los proyectos, la búsqueda
de la felicidad, la necesidad de hacer proyectos colectivos. Hace hincapié en
este último concepto y dice que en el contexto social actual nos cuesta pensar
colectivamente y generar deseos compartidos con otros. Y qué mejor
espacio en las aulas.
Continúa repensando los conceptos
de enseñanza y aprendizaje como procesos diferenciados pero que se relacionan.
Para esto cita a Philippe
Meirieu, pedagogo francés, que sostiene que la enseñanza como “señal”; la
enseñanza sería en estos términos macar o dejar una señal en el otro. Siede
amplia este concepto de la enseñanza como proceso de ir dejando señales en el
camino para que ese otro vaya encontrando el recorrido. A la vez, esto propone
una construcción de libertad por parte de ese otro quién elige si sigue esas
señales o no.
Dice Isabelino que
muchas veces se vincula la enseñanza y el aprendizaje y se habla de proceso de
enseñanza-aprendizaje. Sostiene que la didáctica discute esta expresión engañosa
ya que hoy en día se piensan a estos procesos por separados: proceso de
enseñanza y proceso de aprendizaje. Afirma Siede: “puede haber enseñanza sin
aprendizaje; puede haber aprendizaje sin enseñanza. Nuestro
trabajo como docentes, es tratar de que, de vez en cuando se articulen ambos
procesos; no es poca cosa si esto se logra, ya que el aprendizaje es mucho más
amplio y abierto; en cambio nuestra enseñanza no llega a la cabeza de todos
nuestros alumno a través de una comunicación lineal sino que tiene un montón de
interferencias en el camino”.
Propone el
licenciado definir ambos conceptos y buscar algunos puntos de interacción entre
ellos:
- Aprendizaje: Según Meirieu aprender significa hacer algo que no se sabe hacer para poder hacerlo. Da el ejemplo de aprender a andar en bicicleta, en el cual, uno aprende andando en bicicleta. El aprender es un proceso de intentar hacer lo que no se en el mismo momento en el que lo estoy haciendo. Teniendo en cuenta esta definición, el “error” forma parte del aprendizaje. Propone Siede como “mandato didáctico: que la enseñanza tiene que invitar a los alumnos a hacer lo que no saben hacer”. Es verdad que hay una queja constante por parte de los docentes en apelar que sus alumnos “no saben nada”, Isabelino dice “es lo mejor que nos puede pasar, que nuestros alumnos no sepan nada para así nosotros poder enseñarles mucho”. Propone que los alumnos deben hacer las cosas no de modo perfecto, porque eso es un ideal inalcanzable, sino que lo hagan mejor de lo que lo venían haciendo.
Otro factor clave del aprendizaje que es el interés. Siede dice que
los aprendizajes no siempre se dan a través de una enseña sistemática sino que
muchas y mejores veces se dan a través del interés. Sostiene que cada niño/a,
adolescente, estudiante aprenderá de acuerdo a los intereses que sintonicen con
su proyecto personal.
- Enseñanza: Meirieu define a la enseñanza como brindar seguridad para que el otro ensaye y se equivoque sin temor a ser juzgado. Afirma Siede que los docentes necesitamos generar espacios de seguridad con una frase muy motivadora “equivóquense tranquilos, total yo para eso estoy acá” No se trata de que los alumnos vengan a la escuela ya sabiendo lo que tienen que aprender, están acá para equivocarse y el docente está para ayudarlos. Todo lo que “no se” provoca un desafío continuo en el aula. Según Siede enseñar es formular preguntas a nuestros alumnos que permitan que ellos construyan intereses. Hay una dimensión política y ética en la enseñanza ya que se propone a los alumnos que piensen y reflexionen sobre su propio futuro, en su propio deseo.
Isabelino Siede se hace una pregunta ¿qué es una buena práctica de
enseñanza? Contesta con algunas conjeturas:
- Es la del docente que no sabe todo lo que va a pasar en el aula, pero si sabe lo que quiere ofrecer y está enamorado e interesado en eso.
- No es la del docente que tiene éxito en el aprendizaje de sus alumnos, sino el que dio el máximo de sí mismo para favorecer ese aprendizaje.
- No es la del docente que quiere enseñar lo que le interesa a sus alumnos, sino el docente que logra generar interés de su materia en sus estudiantes.
- Es la del docente que no se queda en la queja de lo que “no saben sus alumnos” sino que promueve que ellos sepan mejor y más que cuando se iniciaron.
- No enseña quién ofrece respuestas sin preguntas.
- El docente hace política en el aula cuando genera que sus alumnos piensen en su futuro y que construya lazos con otros para resolver sus necesidades a través de proyectos colectivos.
- Educabilidad: es una convicción básica de los docentes sostiene Meirieu. Todos somos educables y merecemos enseñanza. Ningún docente tiene el derecho de evaluar si un alumno tiene derecho a estar en su aula; por el contrario, todos los que están en el aula tiene derecho de estar ahí y de exigir al docente el máximo de su enseñanza y su responsabilidad.
- Educatividad: dice Siede de manera tajante “hay un cáncer que corroe a la educación que es el dicho que los niños no pueden aprender”, la contracara de este dicho es que quienes afirman esto en realidad no tienen nada para enseñar. La escuela se transforma en una institución educativa cuando efectivamente empieza a mover el terreno de la cultura hasta lograr producir contenidos educativos.
"Ninguno
de nosotros sabe cómo será el futuro de nuestros alumnos; debemos generar un
contrato con nuestros estudiantes; creer que podemos esperar de ellos lo
impensado, lo improbable, pero que incluso lo improbable se puede hacer posible
si les ofrecemos el máximo de lo que tenemos para entregarles”. Isabelino Siede
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