Muestra Yoko Ono “Dream Come True” –
Museo
de Arte Latinoamericano de Buenos Aires Malba
Es miércoles,
el cansancio de mitad de semana se nota en mi energía, estoy viajando rumbo al
encuentro con mi amiga Noelia; hace calor pero es un lindo día de primavera.
Me reúno con
mi amiga y luego de almorzar juntas, nos disponemos a ir para el Museo Malba.
La muestra de
Yoko Ono, varias profes la recomendaron, sin embargo no me entusiasma
demasiado. Pero como bien me propuse en este itinerario, decidí darme la
posibilidad de sorprenderme. Y así fue…
Llegamos al
museo, sacamos fotos de un cartel gigante en una de las paredes del Malba con
la cara de Yoko y el título de la muestra “Dream Come True”. Entramos dejamos
nuestras pertenencias en el guardarropas. Solo llevábamos nuestros celulares y
las “ganas” (más de Noe que mías) de apreciar esta muestra.
Comenzamos a
recorrer: había frases negras ploteadas en las paredes blancas; en la mitad de
uno de los pasillos había una estructura rectangular con un círculo por el cual
se podía ver para el otro lado. Y una indicación que decía algo así como darle
la mano a un desconocido. Muy interesante. Y pensé, no solo a un desconocido, a
un conocido también. Caí en cuentas de que por ejemplo, con mi amiga Noe jamás
nos dimos la mano. Bueno, ese fue una linda iniciación.
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Manos |
En el espacio
contiguo, había como unos biombos que al zigzaguearlos llevaban a un espacio en
donde había la siguiente indicación: “tóquense unos a otros”. Interesante concepto de la intimidad.
Continuamos
por el pasillo y en la pared se podían observar un mural con testimonios de
mujeres que denunciaban algún tipo de maltrato físico, psíquico y/o emocional.
Fue muy movilizante haber leído algunos de estos relatos. Los horrores que
algunas vivieron y la tolerancia a estos hechos por miedo a perder todo, hijos,
hogar, y hasta al propio acosador que podía ser un miembro de su familia. Estos
hechos son verídicos y sus víctimas mujeres de mucha valentía por haber
compartido estas nefastas experiencias.
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Algunas al azar |
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Escalera al cielo- Mi pesadilla |
Llegamos a la
escalera celeste, una escalera caracol que llegaba hasta el techo y en este
había un ventiluz desde el cual se podría observar el cielo. Primero subió Noe,
y luego yo… me arrepentí de haber subido ya que sufro de vértigo; si bien la
idea era linda, poder ver el cielo, sufrí más una incomodidad corporal ante
esta experiencia. Frente a la escalera, encontramos una cruz de madera repleta
de clavos, clavados y un matillo. La intervención en ésta era poder clavar un
clavo, pero ya no quedaban clavos, así que decidimos clavar uno ya clavado pero
más profundo, como desafiando al destino de habernos dejado sin clavos.
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Cruz de "clavos" |
Luego, llegamos al teléfono rojo. Noe no se animó a atenderlo por temor a lo que podía estuchar… yo lo atendí… no decía nada… pero debo reconocer que me dio incertidumbre que alguien me dijera algo, algo importante… algo. Al atender estaba esperando algo, creo que si hubiese escuchado, cualquier cosa, le hubiese dado una significación, racional, a eso que escuché. Sin embargo, el teléfono estaba mudo. Se me ocurrió marcar alguno de los números, pero desistí.
Continuamos
viendo el video, bastante provocador, donde se la ve a Yoko sentada como en un
escenario y de a ratos aparece un hombre y le va cortando la ropa; ella
permanece inmóvil; pero su cara lo dice todo… se puede observar cómo se le
llenan los ojos de lágrimas cada vez que se le arranca un trozo de ropa, sus
expresiones me transmitieron ira, indignación, resignación, tristeza y
desconcierto. Lo asocié con la sociedad y sus mecanismos de hacer estragos con
las personas. La irrupción, sin consentimiento, a lo privado…
Llegamos a un
habitáculo donde colgaba un mural todo pintado con colores blanco, negro,
amarillo, azul y rojo. Proponía que cada persona/espectador deje su huella en
aquel mural. Me encantó esta idea, sencilla pero verdaderamente interesante por
su unicidad. Porque esa obra, no sería la misma si otras personas hubiesen
intervenido, era única porque estaba ahí, en ese momento y espacio… y fue
pintada por las personas que decidieron dejar su marca en ella… Me gustó este
concepto de hacer una obra colectiva, y lo más interesante que rescaté es que
se puede realizar en el Jardín, que el que quiera pase y deje su huella en un
mural, niños y adultos y que se conforme una pintura social.
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Pintura Colectiva |
Casi para
finalizar, llegamos a una escalera metálica la cual invitaba a subirse y
observar en una especie de panel transparente buscar un ¡Si! con una lupa que
colgaba de uno de los extremos de este panel. Había bastante fila para subir,
pero como ya era lo último no queríamos dejar de hacerlo. Así que esperamos y
en esa espera veíamos que todos los que se subían miraban con la lupa el mismo
extremo. Así que cuando subimos, ya teníamos resuelto el interrogante de donde
estaba la palabra “escondida”. Hubiese preferido no me den la respuesta tan
digerida.
Para
finalizar, bajamos al primer piso y fuimos a una especie de balcón del museo en
donde había tres arbolitos. En sus ramas, troncos y hasta en las hojas mismas
habían colgadas millones de papelitos blancos atados con hilo. En cada uno de
esos papeles un deseo, de alguien. Coloqué mi deseo y verdaderamente, deseo que
se cumpla. Esta fue la experiencia que más me gustó de toda la muestra.
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Dream come Tree |
En conclusión
con lo recorrido y visto, debo reconocer que valió la pena recorrer esta
muestra. Si bien empecé un tanto escéptica, al ir transitando las diferentes
Instrucciones, me fui apropiando y significando las mismas con mí historia
personal. Me acordé de personas importantes en mi vida que ya no están más;
recuerdos que se fueron despertando a medida que interactuaba con las
propuestas. Fue una salida interesante para reflexionar y conectarme un poco
con emociones y sentimientos que no aparecen todos los días, sino que aparecen
como destellos cuando estoy en presencia de algo que me convoca a
sensibilizarme.
C.W.
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Cerámicas |
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Indicaciones |
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Homenaje a las madres |