El
día sábado 29 asistí junto a una compañera a la conferencia de María Emilia
López llevada a cabo en el ISPEI Eccleston. La presentadora brevemente comentó
que López se formó en Letras, Educación y Psicología; se especializó en el
acompañamiento integral de la primera infancia. Actualmente dirige el Jardín
Maternal de la Facultad de Derecho de la UBA y esto lo hace desde su fundación
que tiene desde 1997. En esta fundación también coordina el proyecto de
formación docente. Es escritora, autora de numerosas publicaciones sobre
pedagogía, arte, juego, infancia. Actualmente también dirige la colección “Del
Melón” en Lugar Editorial. Es autora y coordinadora de Programas de Arte para
Niños.
María
Emilia propone un recorrido por el pasaje desde las primeras vivencias de los
bebés con el lenguaje, literatura hasta llegar a la alfabetización convencional
de los niños de Jardín de Infantes.
Leer
desde bebés es leer con el cuerpo, leer para construir psiquismo porque leer es
mucho más que leer libros en realidad todos los niños leen desde el mismo
momento que llegan al mundo lecturas
emancipatorias podríamos decir, inmersión en la lengua materna que le
permite al bebé comenzar a otorgar sentidos a los estímulos infinitos que lo
rodean y lo acunan en los ejes de la cultura. Desde que nacen los niños
comienza a hacer el más difícil de los aprendizajes: comprender los signos
intercambiados por los seres humanos alrededor de ellos y apropiárselos para
hacerse comprender por lo demás. Los hacen según su propio método que es el
método de todo ser parlante no comenzando por el comienzo sino insertándose
siempre en un tejido de circulación que ya ha comenzado. Los bebés tienen la
difícil tarea de encontrar e incorporar el significado de todas las cosas,
estas se leen, algunas con los ojos, otras con los oídos, con el tacto y el
contacto corporal; todos los sentidos están abiertos, hipersensibles para
captar la realidad y transformarla en lenguaje. Todo es confuso en los
principios de la representación; cada gesto, cada signo, cada palabra necesita
volverse código, unirse con otras. Por eso muchas veces decimos que el primer
libro que uno lee es el rostro de la madre.
Canción
de cuna: primera poética de la infancia. La experiencia poética más temprana en
la vida de los niños. Es literatura de tipo oral. Es una experiencia poética
ligada a los cuidados básicos. Se trata de una relación intrínseca entre arte,
juego y vida cotidiana, entre lo poético y lo psíquico, entre la construcción
de vínculos tempranos y el acercamiento a la música, a la melodía y al poema. Hipótesis
que la canción de cuna es una herramienta fundamental para que el bebé pueda
construir un equilibrio psíquico, es decir para la salud mental del bebé. La
canción de cuna sienta las bases de la sensibilidad y la percepción estética;
predispone al conocimiento musical y la es la responsable de ofrecerle al niño
su primera relación con la poesía. La canción de cuna potencia los recursos
afectivos y lúdicos más espontáneos en la relación adulto y bebé.
Desde
la vida intrauterina el bebé ya capaz de reaccionar a los estímulos auditivos
del afuera, el primer sonido que escucha son los latidos del corazón de su mama
y luego su voz, y la interacción del lenguaje que se da en el mundo cotidiano.
La voz de la madre al nacer es la primera marca de continuidad cultural y
afectiva entre el adentro y el afuera. Mecer, acariciar, ofrecer el cuerpo,
jugar, cantar: todas contribuyen a la creación de envolturas psíquicas término utilizado por Anzieu.
Éstas permiten a los niños comenzar a construir un psiquismo que precisa de un
ordenamiento metal y sostenimiento emocional. Nosotros como trabajadores de la
Educación Inicial a cargo de niños tan pequeños también debemos ofrecer esa
disponibilidad corporal propicia para la construcción del psiquismo y que es espejo sonoro. La madre, el padre
y las docentes son espejos en los cuales el niño comienza a leer y a comprender
los significados del mundo.
Poesía: la poesía en la primera infancia juega
un papel fundamental no solo como emergente de lo poético sino como material de
construcción del lenguaje. La poesía es una escuela del lenguaje, dice Georges
Jean, porque en el juego y en la exploración los niños ensayan sobre el
significado, la musicalidad, el ordenamiento del lenguaje. Desde la poesía los
niños ingresan a la lengua de la manera más grata y más efectivo: el juego. Los
niños no exigen tanta racionalización de la palabra, se permiten el sinsentido
y el absurdo sin resquemor. Los niños ven la poesía el juego de las palabras y
eso esto es lo que más les interesa, la musicalidad y ritmo de ellas.
Establece una relación entre
dos hermanas: la música y la poesía. Dentro la canción vive un poema, la letra
de una canción es un poema. Un poema construido no necesariamente con las
mismas cualidades. Un poema puede transformación. Muchos niños llegan a la
poesía a través de canciones ya que estas son mucho más accesibles y cotidianas
que la poesía. Muchas más personas están dispuestas a cantar que a leer poesía.
No todas las canciones cumplen con los requisitos de un buen poema; ¿qué canciones estamos cantando y
ofreciendo a nuestros alumnos? Replantearnos que estamos ofreciendo a
nuestros alumnos, canciones que sean poemas estéticos o sin contenido alguno.
También hay poemas que
pueden ser contados cómo cuentos por ejemplo “La historia de la pobre
viejecita” de Rafael Pombo.
Libro: primera distinción lengua fáctica de la
lengua del relato. La lengua fáctica es la lengua cotidiana que usamos
habitualmente para la comunicación y conversación. La lengua del relato que
provee la literatura: cuentos, novelas, inclusive la poesía. La lengua fáctica
se completa con los gestos, las miradas; llena de omisiones, cortes de
significado, no tiene una estructura sintáctica. En cambio la lengua del relato
tiene una estructura completa, con tiempo, sintáctica y gramaticales y además
tiene todo el concepto completo del nudo narrativo. Hay una diferencia muy
notable en el desarrollo del lenguaje, el juego y del proceso de alfabetización
en los niños que tienen tempranamente acceso a la lengua del relato a los que
no lo tienen. Por eso es tan importante que desde que los niños llegan al
Jardín Maternal y luego al de Infantes, los docentes les ofrezcamos variadas
situaciones de encuentro con la lectura, la poesía y la disponibilidad humana
para ello, en pos de brindarles una mejor y más fácil desarrollo a sus
capacidades de juego, imaginación y procesos de alfabetización convencional.
Emilia López platea dos
preguntas: ¿cuáles son los buenos libros?, y por otro lado, ¿qué clase de mediaciones
habilitan un acercamiento emancipatorio? No solo es importante acercarles a los
niños buenos libros, pero no alcanza con eso, sino también buenas
intervenciones. En cuanto a la selección de libros, la autora sostiene que el
libro es un objeto artístico, por eso es tan importante no solo la historia
sino las ilustraciones y la utilización del lenguaje que este propone.
Para finalizar, López reafirma
la importancia de leer a los niños para que ellos descubran qué tipo de
lectores son, sus gustos y necesidades. Además las docentes debemos variar las
formas de acercamiento de los niños y la literatura: cantar, leer, narrar;
proponer y abrir todos los canales de la conversación y comunicación.